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La felicidad empieza en la mente

Esta es la transcripción del Episodio 012: La Felicidad Empieza en la Mente de mi Podcast: El Podcast de Andreamente (disponible en Youtube y en Spotify) Es una explicación de la ciencia y la psicología detrás de la Felicidad. Transcripción a continuación:

En el episodio de hoy vamos a hablar de un tema famoso. Sí, estoy segura que lo has escuchado: la felicidad. ¿Quién no ha escuchado hablar de la felicidad? ¿Quién no ha perseguido la felicidad? ¿Quién no ha buscado la felicidad? ¿Quién no ha dicho que hace una cosa o la otra en pro de la felicidad? Y al final, ¿cuántos de nosotros nos hemos preguntado realmente qué es la felicidad? ¿Pero en serio que es la felicidad?

Vamos a tomar el concepto de felicidad que la Real Academia Española propone, que son tres significados diferentes.

En el primero dice que «es un estado de grata satisfacción espiritual y física».

Mmmmm, okay.

El segundo que propone dice “persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz”. De nuevo utilizamos «feliz» para describir la felicidad. Entramos en un loop extraño, del que no podemos salir.

El tercero dice: “ausencia de inconvenientes o tropiezos”. ¿What? ¿Qué? ¿Qué es esto? Claro, pero con razón estamos frustrados con el tema de la felicidad. Si el mismo diccionario nos dice que es la ausencia de inconvenientes y tropiezos. O sea que para ser feliz por definición del diccionario, yo tengo que ser una persona que no tenga ni inconvenientes ni tropiezos. ¡Qué alejado estamos de la realidad! Y no porque yo tenga la realidad en mi mano, sino porque yo vivo esta vida y tú también. Y tú y yo sabemos que la vida tiene tropiezos, tiene inconvenientes, pero al final la RAE refleja en sus definiciones lo que la sociedad interpreta de ese concepto.

Tomo el ejemplo del concepto de la RAE, no por ser la RAE, sino porque eso es lo que nosotros como sociedad hemos interpretado el concepto. ¡Y qué peligrosos están estos tres conceptos! Porque pintan un panorama al que no podemos llegar en la realidad. Lo que hace que sea muy frustrante y que la felicidad se haga inalcanzable.

En el episodio de hoy lo que vamos a hacer es tratar de pensar un poco en voz alta qué es la felicidad. Y yo me voy a tomar el atrevimiento de compartir con ustedes cuál es quizás mi definición o esa trayectoria de felicidad, de la mano de grandes pensadores y tomando muchísimos conceptos.

Aristóteles, por ejemplo, asocia la felicidad con la virtud. Sin embargo, este concepto de él muchas veces se ha llevado muy lejos y se ha terminado en debates de índole moral, por lo cual, tampoco del todo estamos ahí con el tema de la felicidad.

Algunos otros autores, como Nietzsche, lo asocia con crecimiento, con el poder. Kant con el deber. También John Stuart Mill, con el placer. José Ortega y Gasset, con la vocación, con esta parte de lo que venimos a hacer al mundo.

Aunque hay muchísimos otros pensadores, muchísimos otros filósofos, muchísimos otros autores que hablan de felicidad, tomo estos porque son los que más conozco de cerca y con más profundidad, pero también porque se alejan mucho el uno del otro, y es bueno tomar muchos conceptos para crear al menos un camino hacia un concepto diferente.

En este afán que nosotros hemos tenido de conceptualizar todo y todo meterlo en una cajita: “la felicidad es esto y la tristeza es esto y el amor esto”, claro, lo reducimos a una sola parte de su concepto. No nos podemos quedar con una sola parte del concepto, aunque algunos de estos autores están muy alejados de como veo yo la realidad o de lo que vamos a hablar en este episodio, no dejan de ser relevantes y verdaderos y parte del concepto que todos tienen algo de verdad.

Lo que pasa es que no podemos decir que solo uno es el concepto verdadero, porque estaríamos dejando por fuera muchas cosas. No podemos decir la felicidad es esto y ya.

Por ejemplo, decir que la felicidad es placer es reduccionista y es mentira. Si la felicidad es placer, ¿por qué teniendo una vida placentera podemos sentir un vacío existencial y tristeza?, ¿por qué el placer no es la cura de la depresión?

Te cuento una anécdota personal: comer en un placer, sí, pero el acto de comer y la comida para mí representó por muchos años un obstáculo, un tropiezo, un inconveniente, una incomodidad, muchas cosas que yo no asocio con placer, porque haber estado en un trastorno de la conducta alimentaria es una de las formas más tangibles de ver que el placer no siempre es felicidad.

Podríamos llevar este ejemplo a cualquier otra reducción del concepto de felicidad, simplemente, no funciona porque la felicidad involucra muchas otras cosas. Sin embargo, todas son parte del concepto.

¿Cómo las podemos integrar al concepto de felicidad? Entendiendo que todas son parte de ella, pero que la felicidad trasciende todas estas cosas. Es más grande que las cosas que la componen. Por lo tanto, cuando una de estas cosas no está presente, no significa que la felicidad no puede estar presente, no se excluyen.

Volviendo al inicio, donde estábamos con el tema de los autores para luego avanzar a lo que vamos a definir como felicidad en este episodio, si bien todos tienen algo de verdad, quiero retomar dos frases de dos filósofos en particular a quienes aprecio también de forma particular, aunque todos los que nombré los aprecio.

La primera es de Platón y dice: “el hombre que hace que todo lo que lo lleve a la felicidad dependa de él mismo, ha adoptado el mejor plan para vivir feliz”. Y ojo, esto no tiene nada que ver con controlar todo lo que me pasa y entonces todo lo que me pasa tiene que ser bueno para yo ser feliz. Se trata de cómo respondemos. No es lo que me pasa, es cómo respondo, no es lo que veo, es cómo lo interpreto.

Ustedes ya llevan tiempo conmigo, y si ya me conoces de antes, sabes que esas son mis frases estrella y las que siempre han guiado de alguna manera este panorama.

La segunda frase que vamos a tomar para entrar a definir la felicidad es de Aristóteles y es muy sencillita y creo que resume la de Platón, dice: “la felicidad depende de nosotros mismos”. Bueno, y yo quizás no quiero decir que la felicidad depende de nosotros mismos, porque no quiero endosar una responsabilidad, pero sí que sepamos que está en nuestras manos ser felices.

Saber esto, nos libera de muchas cosas, nos libera de la victimización de la vida, de que a mí “me pasa” esto o me pasa lo otro, o yo “no tengo” esto o no tengo lo otro. Es importante que nos quedemos con esta perspectiva para avanzar a definir la felicidad.

Yo creo fielmente que la felicidad requiere de capacidades mentales que se desarrollan, se cultivan, se practican y esto es clave en la definición de felicidad de la que vamos a hablar hoy. No solo requiere estas capacidades mentales, sino que es una forma de vivir la vida y un estado que, aunque puede ser permanente, se experimenta de distintas formas.

La felicidad no es una emoción. La alegría muchas veces es confundida con la felicidad. Que yo me sienta alegre en un momento no quiere decir que esté siendo feliz, porque, de hecho, la alegría y la infelicidad son compatibles. Yo puedo estar alegre en un momento determinado, en una vida en la que no soy feliz. Es clave conocer esta distinción de las emociones que por concepto son pasajeras, y la felicidad, porque la felicidad trasciende las emociones.

De aquí que el título de que este episodio sea “la felicidad empieza en la mente”. En este sentido, vamos a ver la felicidad como en tres fases/bloques: una fase inicial de conocimiento y autoconocimiento, una segunda fase de cuatro capacidades que considero esenciales para la felicidad y por último, acciones coherentes.

Vamos a profundizar en ellas:

1. Conocimiento y autoconocimiento. ¿De qué estoy hablando? Que tenemos que conocernos a nosotros mismos, pero no sólo a nosotros mismos como persona y mis particularidades con respecto al resto del mundo, sino también conocimiento de mi organismo y cómo funciona. Conocimiento del cuerpo humano, del cerebro humano, de nuestra anatomía, de nuestra fisiología, de cómo funcionamos. Eso es importante y eso es un conocimiento global, estandarizado: ¿cómo funciona el cerebro, cómo funcionamos nosotros? La neurociencia esencial para la vida. Mira, dicen que nosotros no venimos con un manual de instrucciones, ¿no? Pero a veces pienso que en parte sí, y no lo volteamos a ver.

¿Cómo soy yo? ¿Cómo respondo yo a esto? ¿Qué cosas, por lo menos para mí, son un disparador que para ti quizás no lo sean? ¿Cómo manejo yo las emociones? ¿Cómo expreso yo las emociones? ¿Cómo respondo yo a determinadas circunstancias, a determinadas situaciones? Son cuestiones meramente personales y tenemos que poder conocerlas.

Nos conocemos observándonos, dándonos espacio para nuestras necesidades, dándonos espacio de sentir y de entender por qué estamos sintiendo lo que estamos sintiendo. En fin, el autoconocimiento es otro tema y no me voy a extender acá, pero sí lo tengo que bajar como para mostrarlo de la forma más simple posible.

Puedo decir que depende de conocer cómo es nuestra gestión emocional, conocer nuestra historia, nuestras tendencias, nuestros valores, nuestros deseos y por último, nuestros estímulos. Yo he hablado muchísimo de estímulos. Los estímulos son sumamente importantes. Puedes ir al episodio numero 010 del podcast donde hablo de “cómo nos estamos intoxicando con determinados estímulos” y sería muy interesante que lo vieras con respecto a este punto.

2. El siguiente bloque que describimos es el de las cuatro capacidades. ¿De qué capacidades estoy hablando?

2.1. La primera, la capacidad de ver la vida desde el agradecimiento, de ser agradecidos. Y esto puede sonar así como muy: “Ay, Andrea está hablando de cosas lindas hoy”. No, no estoy hablando de cosas lindas hoy. Bueno, sí, jajajaa, pero estoy hablando de una capacidad sumamente real, muy tangible desde el punto de vista de la neurociencia.

No estoy poniéndolo en palabras románticas. Es un agradecimiento profundo de que realmente lo instalemos como un hábito cognitivo y una forma de ver la vida (puedes escuchar este episodio para conocer los hábitos cognitivos).

Voy a dar un ejemplo con esto del agradecimiento que muchas veces yo he escuchado esta famosas afirmaciones de que yo “voy a tener esto porque me lo merezco”, “yo me merezco esto”, “yo me merezco una buena pareja”, “yo me merezco una casa gigante”, “yo me merezco”, “yo me merezco”… Y vamos a hacer un detenimiento ahí de que ver la vida desde el punto de vista de que nosotros “nos merecemos” cosas porque sí, es una vida un poco frustrante.

Primero porque nos dice de entrada que entonces nosotros tenemos que hacer cosas para merecerlo. Otra cosa que realmente no es verdad, nosotros somos muy privilegiados solo por el hecho de estar vivos. Ni tú ni yo pedimos estar vivos y estamos aquí. Y estoy segura que puedes pensar en algo que te ha llegado en algún momento, sin “merecerlo”.

A mí me gusta remover esa parte del merecimiento del panorama, porque nos quita la capacidad de agradecer, de ser agradecidos, de despertarnos, ver la vida y decir “un día más, un día más con el sol afuera, o con la lluvia, o con el clima, o con lo que fuera, con mi familia, con quienes me rodean un día más aquí y estoy agradecida/o por esto”.

El agradecimiento también nos trae mucho al presente. Cuando nosotros vemos lo que no hay p lo que me merezco, pero todavía no tengo, entonces vivo en el futuro o en el pasado. Agradecer el hoy y el ahora nos ayuda a entrar en el presente y es una capacidad súper necesaria para empezar a forjar una vida feliz.

Porque quizás tienes todo lo que la sociedad dice que hay que tener para una vida feliz. ¿Pero no, no sientes que eres feliz? Y eso está bien. Está bien porque no se han tomado en cuenta estas capacidades, porque hemos encapsulado la felicidad en un concepto muy frustrante. Está bien que te sientas así y por eso, justamente por eso, quise traer este episodio y desglosarlo y que pensáramos en voz alta para que caigamos en cuenta de que muchas veces estamos frustrados con cosas que no nos hacen justicia. Es muy injusto ver la vida así, porque entonces no puedo agradecer el hoy y el ahora.

Me extendí con la parte del agradecimiento, pero esa es la primera capacidad muy necesaria, al menos desde mi perspectiva de la felicidad.

2.2. La segunda capacidad es el reconocimiento y fortalecimiento de nuestros recursos y habilidades. Reconocimiento quiere decir saber que tengo estas capacidades concretas, me conozco lo suficiente, sé que tengo determinadas habilidades personales y que tengo ciertos recursos con los cuales trabajar y construirme como persona.

Te voy a pedir que a medida que vas leyendo, vayas viendo cómo todo está conectado. Porque cuando yo tengo la capacidad de agradecer el hoy y el ahora, eso me abre la posibilidad de reconocer qué recursos tengo hoy y ahora, qué habilidades tengo ahora y con qué cuento hoy y ahora para construirme, modificar mi realidad o trabajar en mí.

Lo que tengo y me beneficia, lo fortalezco y lo que no, lo voy construyendo con los recursos que cuento.

2.3. La tercera capacidad es la de disfrutar lo disfrutable. “Andrea, ¿que estás hablando?, ¿a dónde te fuiste? No, no me fui a ningún lado jajaja. Mira, a veces parece que todo lo que es disfrutable lo disfrutamos. ¡Y la verdad es que no! Te voy a poner un ejemplo sólo para que quizás lo podamos bajar más a lo tangible y a lo real y que podamos identificarlo con algo que a lo mejor te ha pasado a ti o le ha pasado a alguna persona que conoces. Muchas veces volteamos para atrás hace equis cantidad de años y llega la famosa frase “era feliz y no lo sabía”.

Estoy segura que has escuchado esa frase, porque muchas veces vemos para atrás y decimos “wow, no sabía que tenía eso” o “no supe disfrutar de eso”. La felicidad no tiene nada que ver con lo que tengo o no tengo en ese momento, sino con la capacidad que yo tenga de agradecer eso, por ende, reconocerlo y por tanto disfrutarlo. Disfrutar del presente y de la hora es clave. La clave para la felicidad.

2.4. La última capacidad es la gestión funcional de lo incómodo, desagradable o entre comillas, muy entre comillas, “negativo”, porque al final lo que para mí es negativo puede que para ti no. Y lo mismo con lo demás, pero es la capacidad de gestionar. Esta capacidad implica la gestión de emociones, que pueden ser incómodas, pero también la capacidad de gestionar circunstancias y situaciones.

La gestión emocional implica, por ejemplo, saber manejar la ansiedad, saber manejar el estrés, saber manejar la tristeza, saber reconocer hasta dónde quizás una emoción está llegando a un punto en el que necesito ayuda, necesito terapia o necesito herramientas, en fin, conocer nuestra gestión emocional e ir desarrollando cada vez de una forma más funcional.

Lo incómodo, es parte de la vida. Lo negativo o lo que llamamos negativo es parte de la vida. Entonces es muy idealista y utópico pensar que la felicidad sólo está presente cuando estas cosas no están. Cuando estas capacidades están y yo soy capaz de reconocer que simplemente estoy transitando un momento de la vida y que puedo hacerlo de una forma funcional y además crecer con él, crecer con esta circunstancia, crecer con esta situación, sigo siendo feliz, me da paz, el dolor me hace crecer, los obstáculos me hacen crecer, los momentos difíciles me hacen crecer si los sé gestionar, o al menos intento gestionarlo a mi favor y encontrar en ellos crecimiento y el para qué, el sentido.

Y aquí adentro es importante tomar en cuenta eso, el para qué y el propósito. No es posible gestionar algo de una forma funcional cuando no entendemos para qué. ¿Qué sentido tiene? Víctor Frankl decía que el dolor menos sentido es igual a sufrimiento. O sea, ponía el sufrimiento como en una ecuación sufrimiento es igual a dolor, menos sentido:

Sufrimiento = Dolor – Sentido

Claro, cuando el dolor no tiene un para qué, se convierte en un sufrimiento. Pero eso no quiere decir que el dolor no vaya a estar o que nuestra meta última es que mi vida no tenga dolor ni tristeza.

Te voy a decir algo, si tu vida no tuviera dolor o tristeza; estarías muerto. Estas emociones son parte de la vida y lo que tengo es que saber gestionarlas y llevarlas con suficiente paz como para saberme feliz dentro de ellas.

Si vemos las cuatro capacidades de las que hablamos, nos damos cuenta que haciendo un hilo conductor al inicio de cada capacidad, todo radica en la mente. No tiene que ver con si yo tengo un yate o una mansión, o tres casas o todo el dinero del mundo en el banco. No, no, y no, esto empieza en la mente.

Las cuatro capacidades son capacidades mentales que por supuesto que requieren de la práctica y requieren de la acción, pero empiezan en la mente.

Y ahora vamos con el último bloque del que hablamos al principio con respecto a la felicidad:

3. Acción coherente o acciones coherentes. ¿Acciones coherentes con qué? coherentes con ese primer bloque, con lo que conozco de mí, con lo que conozco de cómo funciono y con el segundo bloque, con las capacidades que tengo o que estoy desarrollando en ese momento.

Yo sé que estoy tomando una acción coherente cuando tengo esas cuatro capacidades involucradas y siempre presentes. Es decir, todas esas capacidades que estuvimos describiendo, son capacidades que han sido descritas a lo largo de la historia. No es como que aparecieron hoy en este podcast.

No, obviamente no han sido descritas a lo largo de la historia, pero las hemos, en algunos casos descontextualizado o separado. O decimos la felicidad es agradecer, la felicidad es disfrutar. La felicidad no es una sola cosa, implica todo lo que hemos descrito.

Muchísimas veces, me atrevería a decir que casi en todos los cursos, todos los talleres o con mis pacientes, casi siempre escucho esto: “Andrea tengo todo, he logrado muchísimo, pero no me siento feliz o no lo he disfrutado o quiero más”. Cuando llega ese momento quiero más. ¡Qué importante es conocer todo lo que implica la felicidad para no quedarnos con una sola parte vacía!

Para cerrar el episodio de hoy. Vamos a hacer un resumen de lo que ha sido y de este recorrido que hemos hecho por un concepto tan complejo como la felicidad.

Lo primero es que sin duda alguna empieza en nuestra mente, porque esas capacidades son capacidades y habilidades mentales que empiezan en nosotros, dentro de nosotros. Vivimos en un mundo donde la realidad no es lo que pasa, sino cómo la interpretamos, cómo respondemos a ella. Y eso, como lo dije al principio, es clave para entender que la felicidad depende de mí y no de lo que tengo o no tengo.

Pero entonces, bueno, el cómo lo interpretamos y el cómo respondemos a ello depende de cómo hayamos programado nuestra mente para interpretar la realidad. ¿Dónde está nuestro sistema de atención? Y ahí te recomiendo que escuches el episodio número 010. Nuestros hábitos, nuestra actitud, nuestra capacidad mental, nuestra paz mental, el cómo priorizamos nuestra salud, cuál es nuestro propósito.

Ese propósito se tiene que poder traducir, tiene que ser un propósito lo suficientemente trascendental como para que en el día a día se traduzca en el para qué de las cosas, en el sentido que tiene esta vida. Porque para ti la vida tiene sentido por una razón diferente a la mía. Mi vida tiene un sentido y la tuya tiene otra y por eso estamos todos acá con un propósito. Y no tenerlo claro obstaculiza este crecimiento dentro de la felicidad y la paz, y de sentir que estoy en paz con el mundo y con la vida.

Y, por último, nuestra gestión emocional, cómo gestionamos nuestras emociones, es muy importante porque somos seres humanos. No podemos pasar la vida entera diciéndole a las emociones que “no”. Están ahí, no las podemos evitar, no las podemos quitar, tenemos que saber gestionarlas y también nos permiten vivir y sobrevivir y estar en este mundo.

La felicidad empieza en la mente y cada instante de tu vida tienes la oportunidad de volver a programar tu mente, de reeducar tu mente y como siempre lo digo, de literalmente reestructurar el cerebro.

Vamos a educar a una mente feliz, vamos a educar a la mente a ser feliz con capacidades para vivir la vida con felicidad y con paz mental y con todo lo que implica estar vivos, que no todo placentero, no todo es riquísimo de vivir y alegría pura y plena. No, pero estás vivo y eso es suficiente para poder ser feliz.

Que esta conversación no termine aquí, me encantaría escucharte. Escríbeme, comenta, suscríbete al canal de Youtube y sígueme en Instagram @andreamente.

Sé feliz, pero de verdad.

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